EL FEUDALISMO
En Europa,
durante la Edad Media las personas vivían y se relacionaban de una manera que
se llamaba feudalismo. Se trataba de
una determinada forma de vida y de relaciones entre las personas con unas
características muy particulares. De esta forma, se partía de la idea de que
había seres superiores y seres inferiores. Así, el feudalismo determinaba desde
quién y de qué manera mandaba hasta de qué se vivía y en qué se creía.
La palabra feudalismo viene del término feudo.
Por lo general, un feudo era una extensión de terreno, un territorio con sus
campesinos, sus ríos, bosques, plantas y animales... que el Rey entregaba a un
noble o a un eclesiástico para que lo gobernase, a cambio de su fidelidad
total. Esta fidelidad total se llamaba vasallaje.
Cuando el Rey, como señor del reino, concedía
un feudo a un vasallo confiaba en
que el vasallo cumpliera con su
promesa de ser fiel siempre. Si no lo hacía le podía recuperar el feudo que le
había concedido. Por lo tanto, un vasallo
es la persona que recibe un feudo a cambio de su fidelidad a su señor. Así pues, el señor es el dominus que domina una
porción de terreno que le han encomendado dominar.
¿En qué se
manifestaba la fidelidad del vasallo?
En aceptar las normas que el señor impusiera, en ayudarle en caso de problemas
militares y asesorarle en la toma de decisiones, aunque estas decisiones las
tomara, al final, solamente el señor. Un señor o dominus sería, entonces, la persona que concede un feudo a un
vasallo a cambio de su fidelidad. Como consecuencia, el señor domina al
vasallo.
Esta concesión
implicaba que el vasallo pasaba a ser el señor del feudo que el señor que
estaba por encima le había encargado dominar, gobernar. Así pues, mediante el
feudo se ponía en práctica una estructura social vertical basada en la
dominación de unos sobre otros.
¿En qué se manifestaba
el dominio o señorío? En la capacidad del dominus
de decidir las normas de comportamiento, las multas, las sanciones, las
obligaciones… que cada vasallo
debía realizar a cambio de su
protección.
En teoría, DIOS
era el señor supremo, de todas las cosas,
de lo visible y de lo invisible. En la ceremonia de coronación, el rey recibía de Dios, su señor, el reino en concepto de feudo. Por ello, a cambio de recibir
este feudo, el rey debía ser fiel a Dios siempre, y cumplir sus normas.
Teóricamente,
el emperador era el señor de todos los reyes, que, consecuentemente, eran
vasallos de ese emperador. Los reyes, a su vez, eran señores de la alta
nobleza, como los condes, duques y marqueses. Éstos eran vasallos del monarca,
pero también, a su vez, eran señores de vizcondes, barones, etc. De todo esto
se deduce que el sistema de poder en los reinos cristianos medievales se basaba
en una pirámide en la cual la cúspide era Dios. Debajo de Dios, como
representantes suyos en cada reino, estaban los reyes. Debajo de los reyes, los
diferentes nobles y eclesiásticos….hasta llegar a los campesinos que, a su
manera, eran los señores de su
familia, la cual vivía del cultivo del manso
o lote de tierra que le había adjudicado su señor.
En la primera
parte de la Edad Media, el reino más importante de todos fue el reino de los
francos, que se estableció en las zonas de la actual Francia, el Norte de
Italia y la actual Alemania.
En este reino,
la familia que reinó fue la de los carolingios.
Entre estos carolingios, los más importantes fueron Carlos Martel, que había
frenado el avance musulmán en el 732 en la batalla de Poitiers, y, sobre todo,
Carlos el Grande, Carlomagno, que
consiguió que el Papa le coronara emperador en el año 800 d. C.
CORONACIÓN IMPERIAL DE CARLOMAGNO EN EL 800
d.C.
Como en el país de los griegos no había emperador y estaban
bajo el imperio de una mujer, le pareció al Papa León y a todos los padres que
en la asamblea se encontraban, así como a todo el pueblo cristiano,
que debían dar el nombre de emperador al rey de los francos, Carlos,
que ocupaba Roma, en donde todos los césares habían tenido la costumbre de
residir, así como también Italia, la Galia y Germania. Habiendo consentido
Dios omnipotente colocar estos países bajo su autoridad, pareció justo,
conforme a la solicitud de todo el pueblo cristiano, que llevase en
adelante el título imperial.
No quiso el rey
Carlos rechazar esta solicitud, sino que, sometiéndose con toda humildad a
Dios y a los deseos expresados por los prelados y todo el pueblo cristiano,
recibió este título y la consagración del Papa León el día de la Natividad
de Nuestro Señor Jesucristo.
Annales
Laureshamenses, ann. 801. Ed. Pertz, M.G.H., Scriptores, I, p. 38
! ACTIVIDADES
1-
Lee el texto anterior y trata de responder a las
siguientes cuestiones:
a.
¿Quién es el autor del texto?
b.
¿A quién lo dirige?
c.
Cita las ideas más importantes que aparecen aquí.
d.
¿Por qué motivos es coronado emperador Carlomagno?
e.
¿Qué consecuencias políticas tiene esta coronación?
¿Sobre quién ejerce Carlomagno su poder?
Tras Carlomagno, sus nietos lucharon entre ellos por
el control del Imperio. Al final, en el año 843 llegaron a un acuerdo, que
firmaron en la ciudad de Verdún.
Según este acuerdo, Carlos el Calvo se quedó con Francia Occidental; Lotario, el mayor, con el
título imperial y con la zona central del Imperio, la Lotaringia; y Luis, con la Francia Occidental, luego llamada
Alemania.
Además, como comprobamos en el mapa inferior, Europa
fue sometida, en estos siglos, a la presión de las invasiones de diferentes
pueblos, como los sajones en el IX, o
los vikingos y normandos en el X.
Como consecuencia de estas invasiones, el mundo
cristiano fue un mundo muy inestable e inseguro, y todo hombre y mujer debía
encomendarse bajo la protección de un señor
que, aunque los gobernase y dominase,
les protegiera en caso de necesidad. Así pues, existe una relación entre las
relaciones entre los vasallos y los señores y las invasiones de la alta edad
media.
El poder que llegaron a acumular estos reyes fue muy
importante. No obstante, los monarcas,
aunque eran los supremos gobernantes del reino (pero sujetos teóricamente a la
autoridad del Papa o del Emperador),
sólo eran realmente fuertes en sus tierras. Como habían concedido el
resto de territorios a los nobles y eclesiásticos para que los gobernaran,
llegaron a perder el control sobre estos feudos.
Estos nobles y eclesiásticos, estos señores feudales (como también se les
conoce) gobernaban, dominaban (de dominus, en latín, señor) en estos territorios que les había encargado el Rey, o feudos, como si fueran ellos los reyes.
El rey en estas
tierras no tenía casi poder y, cada vez que quería fortalecer su autoridad,
debía pactar con otros grupos sociales que le ayudaran en su tensión con los
nobles. Pero estos grupos sociales, que podían ser los burgueses, casi no
existían o estaban aún muy debilitados. El poder, por tanto, estaba en realidad
repartido entre los reyes, y los nobles que les ayudaban en el gobierno de los
reinos, pero que podían sublevarse contra ellos y deponerlos, es decir,
eliminarlos.
Como consecuencia de todo ello, la monarquía tenía un poder muy
limitado, ya que estaba delegando el poder de dominio sobre unos territorios, la nobleza. Es cierto que el rey tenía más
autoridad que los señores territoriales (que podían ser nobles o eclesiásticos)
pero muchas veces esto era teórico, porque era simplemente el primero entre los iguales (primus inter pares).
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