domingo, 30 de julio de 2017
martes, 4 de julio de 2017
Desintegración del Imperio carolingio: el Tratado de Verdún de 843
En esta imagen vemos cómo se dividió el Imperio de Carlomagno entre sus nietos, tras el período de Carlomán y de Luis el Piadoso.
La desintegración del Imperio no sólo puso fin a las hostilidades y revueltas civiles, sino que dio por tierra toda esperanza de mantener unido al imperio. Tras esta división y con pocas modificaciones, se conformó Europa tal como la conocemos.
Carlos El Calvo, heredó las tierras que dieron nacimiento a Francia, Luis El Germánico, recibió la Germania, más los condados de Worms, Espira y Maguncia y Lotario se reservó Italia, las dos capitales imperiales (Roma y Aquisgrán) y una serie de tierras ubicabas entre los límites de los territorios de sus hermanos (desde Italia hasta Mar del Norte).
El sueño profesado por Carlomagno, de regresar la gloria del Antiguo Imperio Romano, sólo pudo perpetuarse durante su existencia. Ludovico Pío, que ya en vida repartió las tierras entre sus hijos y que no por ello pudo evitar que de todos modos lo destronaran, fue un monarca débil. A partir de esta etapa, los reyes pierden el poder que sus coronas les otorgan para convertirse en figuras menos importantes que los caballeros que componen la sociedad medieval. Un rey carente de recursos, que dependía de los señores, gobernante de un territorio fragmentado, no representaba el poder imperial. La pretendida unidad política y así jurídica quedó disuelta al igual que las tierras. Cabe mencionar que a lo largo de la Edad Media, la supremacía del poder oscilará entre la Iglesia y los reyes, a menudo los señores serán más acaudalados que los monarcas.
Las consecuencias del Tratado de Verdún pueden rastrearse en el nacimiento de dos futuras naciones: Francia y Alemania. En relación con Lotario, su división no tardó en desintegrarse dando paso al Tratado de Meersen (870) que reemplazó al del 843. A partir de entonces, los territorios de Lotario pasaron a llamarse la Lotaringia, comprendida por una serie de tierras difíciles de ensamblar unas con otras que, tras su muerte, se dividieron entre sus hijos (Luis II, Lotario II y Carlos).
La Lotaringia comprendió los Países Bajos (Bélgica y Luxemburgo), parte de Alemania (Renania del Norte, Renania-Palatinado y Sarre) y algunas zonas de Francia: Alsacia y Lorena, más las regiones del Ródano, Saona, Mosa y del Escalada.
Tras el Tratado de Verdún estas tierras no volvieron a ser parte de una misma corona, abandonando toda pretensión de unidad geográfica y jurídica.
Textos sobre el feudalismo
Las tres órdenes de la sociedad feudal. (998)
Adalberón de Laon. Carmen ad Rothbertum
regem
El orden eclesiástico forma un solo cuerpo,
pero la división de la sociedad comprende tres órdenes. La ley humana, en
efecto, distingue otras dos condiciones. El noble y el no libre no son
gobernados por una ley idéntica. Los nobles son los guerreros, los protectores
de las iglesias. Defienden a todos los hombres del pueblo, grandes y modestos,
y por tal hecho se protegen a ellos mismos. La otra clase es la de los no
libres. Esta desdichada raza nada posee sin sufrimiento. Provisiones,
vestimentas, son provistas para todos por los no libres, pues ningún hombre libre
es capaz de vivir sin ellos. Por tanto, la ciudad de Dios, que se cree una
sola, está dividida en tres órdenes: algunos ruegan, otros combaten y otros
trabajan. Estos tres órdenes viven juntos y no soportarían una separación. Los
servicios de uno de ellos permiten los trabajos de los otros dos. Cada uno,
alternativamente, presta su apoyo a todos. En tanto prevaleció esta ley, el
mundo gozó de paz. [En la actualidad] las leyes se debilitan y ya desapareció
la paz. Los hábitos de los hombres cambian, como cambia también la división de
la sociedad.
Galberto de Brujas. Historia de la muerte de Carlos el Bueno, conde
de Flandes
En primer lugar rindieron homenaje de la
siguiente manera. El conde pidió al futuro vasallo si quería convertirse en su
hombre, sin reserva, y éste respondió: "Lo quiero"; después se
aliaron por medio de un beso mientras sus manos permanecían entre las manos del
conde. En segundo lugar, el que había rendido homenaje comprometió su fe al
avant-parlier del conde, en estos términos: "Prometo por mi fe ser fiel al
conde Guillermo a partir de este instante y mantenerle contra todos y
enteramente mi homenaje, de buena fe y sin falsedad"; y en tercer lugar
juró sobre las reliquias de los santos.
Mitre Fernández, Emilio. Textos y documentos
de época medieval. (Análisis y comentario). 2. ed. rev. Barcelona, Ariel,
1998, pp. 115-116.
Deberes vasalláticos (1020)
Al muy glorioso duque de
Aquitania Guillermo, de Fulberto, obispo.
Invitado a escribir sobre la
esencia de la fidelidad, he escrito para vos esto que sigue, sacado de libros
de notable autoridad.
Aquel que jura fidelidad a su
señor debe tener siempre presente las palabras siguientes: sano y salvo,
seguro, honesto, útil, fácil y posible. Sano y salvo con el fin de no causar
daño corporal a su señor. Seguro a fin de no dañar a su señor revelando su
secreto. Honesto a fin de que no perjudique sus derechos de justicia, ni otras
causas en las cuales su honor pueda verse comprometido. Útil a fin de que no
experimenten ningún daño sus posesiones. Fácil y posible a fin de que el bien
que su señor podría hacer fácilmente no se lo convierta en difícil, y aquel que
era posible no se lo convierta en imposible. Es justo que el fiel se abstenga
de estos actos perniciosos; pero con solo esto no se hace digno de su feudo,
pues no basta con abstenerse de hacer el mal, es preciso también hacer el bien.
Queda además que en los
mencionados conceptos, el vasallo dé fielmente a su señor consejo y ayuda, si
quiere ser digno del feudo y de respetar la fe que ha jurado. El señor también
debe devolver por todas estas cosas algo equivalente a su vasallo fiel. Si no
lo hiciese será tachado con justo título de mala fe, de igual modo que el
vasallo que fuere sorprendido en trance de faltar a sus deberes por acción o
por consentimiento será culpable de perfidia y de perjurio.
Carta del obispo de Chartres
al duque de Aquitania.
Capitular de Quierzy (877)
“Si
un conde muriese y su hijo estuviera con nosotros, que nuestro hijo con nuestros
otros fieles ordene, entre quienes fuesen más familiares y más próximos, el que
con los ministeriales y el obispo provea el condado. Pero si tuviere un hijo
pequeño, éste, con los ministeriales de dicho condado y el obispo en cuya
parroquia habitare, provea del condado hasta que nos llegue la noticia.
Si no
tuviere hijo, nuestro hijo con nuestros otros fieles ordene quién, con los ministeriales
del mismo condado y el obispo, provea el condado, en tanto se haga nuestro
mandato sobre este asunto. Que por esto nadie se sienta airado si el condado lo
otorgamos a otro, al que Nos quisiéramos y no al que hasta entonces proveyó de
él. Lo mismo ha de hacerse con respecto a nuestros vasallos. Queremos y
mandamos, expresamente, que tanto los obispos como los abades y condes y
cualesquiera otros fieles procuren guardar lo mismo a sus hombres; y tanto de
los obispados como de las abadías se ocupen el obispo vecino o el conde para
que por nosotros no se disipen las, cosas y derechos de los eclesiásticos y
nadie impida hacer limosnas con ellos. Y si lo intentare, de acuerdo con las
leyes humanas componga esto, y según las leyes eclesiásticas satisfaga a la
iglesia que lesionó, y pague nuestra multa según la clase de su culpa y a Nos
placiere”.
El homenaje ligio
Usatges
de Barcelona. (1058)
Cualquiera
sea el numero de señores que reconozca un hombre es aquel del que es lige al
que debe más... Es preciso mantener la fidelidad para con todos su señores,
salvaguardadno siempre la del señor precedente. Sin embargo la más firme
fidelidad pertenece a aquel del que es lige.
El
vasallaje múltiple
Nº 28. Primer ejemplo conocido (895);
(Gallia Christiana, t. XIV, 1856, ed. Hauréau, Instrumenta, col. 53).
Noticia
que relata como Ecfredo, preboste, llegó con Adalmaurus, avoué de Saint-Martin (de Tours), a la ciudad de Mans, ante el
conde Berenguer. Reclamaron contra el hecho de que un vasallo de éste, llamado
Patri, retuviera culposamente los bienes de los hermanos, que Guitton había
tenido antaño en razón de la avouerie.
Entonces, el conde Berenguer respondió que Patri no era solamente vasallo suyo,
aunque tuviera de él alguna cosa en beneficio, y que lo era en mayor medida de
Roberto (hermano del rey Eudes), su amigo, puesto que de él tenía un beneficio
de mayor importancia.
Etiquetas:
EDAD MEDIA- POLÍTICA,
EDAD MEDIA-ECONOMÍA
Las Cruzadas
Este documental se inicia con las Cruzadas.
¿Pensamos que el conflicto entre religiones es el elemento fundamental de la Edad Media?
Debemos realizar lo siguiente:
- Extraer las ideas de este documental que pueden ayudarnos a responder a esta cuestión
- Reunirnos en grupo y ponemos en común las ideas extraídas. Eliminamos las que se repitan y elaboramos un listado.
- Planificamos la redacción que realizaremos entre todos. Esta planificación deberá basarse en el objetivo que se nos ha planteado y en la información que hemos recopilado. Podemos utilizar alguna fuente alternativa pero debemos consular al resto del equipo para aportar nuevos materiales.
- Redactamos el texto. Recordemos que cada argumento debe desarrollarse en un párrafo aparte.
¿Pensamos que el conflicto entre religiones es el elemento fundamental de la Edad Media?
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