Como podremos comprobar, se trata de un edificio religioso cristiano, el principal edificio que se conserva en la isla de Torcello, y que fue la antigua catedral de la diócesis, dedicada a la advocación de la Asunción de Santa María.
Actualmente, es uno de tantos ejemplos del estilo véneto-bizantino, aunque genéricamente lo hemos incluido dentro de la etiqueta de arte paleocristiano.
Es el resultado de la remodelación que se acometió en el siglo XI, bajo el patrocionio del entonces obispo Orso I Orseolo, al construir tres ábsides en la cabecera, una cripta bajo el altar mayor y un extraordinario pórtico a los pies, donde se utiliza la rica decoración musivaria.
Como se trata de una basílica, se accede al interior desde un nártex, mientras que el baptisterio (sólo quedan de él unos restos, como se ve en las imágenes) circular y exento, que estaba cubierto por una bóveda, bajo la cual comprobamos los restos de una pila bautismal dedicada al bautismo por inmersión.
En cuanto al interior, la planta, basilical de tres naves que acaban en la cabecera en ábsides semicirculares, está cubierto con una cubierta de madera a dos aguas en el caso de la nave central, y a una en las laterales, como se observa en las imágenes. Las naves están separadas por columnas corintias, y están abiertas por arcadas de medio punto.
Del cuerpo principal se accede al altar pasando bajo un iconostasio donde aparecen diferentes iconos de tradición véneto-bizantina, como ya hemos apuntado.
En cuanto a los mosaicos, la temática que aparece en ellos representada es el asunto mariano a través de la Encarnación, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
Esto se observa, primeramente, en la cubierta del ábside central, que está presidida, sobre un fonod dorado, por la Virgen Odighitria, imagen típicamente bizantina: la Virgen de pie, de cuerpo entero y señalando al Niño con la mano indicando que es él el protagonista. Porta, asimismo, un libro en la mano izquierda, que es el camino, la forma de llegar a la salvación.
En la parte inferior aparecen los apóstoles.
Y, en los pies, como contrafachada, un mosaico que representa el Juicio Final, en un intento pedagógico de adoctrinar a los fieles, muy típico de la época. En este Juicio Final aparece Cristo victorioso sobre el Diablo, en una anástasis, muy del gusto bizantino.
Más abajo, en una posición inferior aparece Cristo en una mandorla, en deesis, muy del estilo del románico occidental.
En cuanto a los mosaicos, la temática que aparece en ellos representada es el asunto mariano a través de la Encarnación, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
Esto se observa, primeramente, en la cubierta del ábside central, que está presidida, sobre un fonod dorado, por la Virgen Odighitria, imagen típicamente bizantina: la Virgen de pie, de cuerpo entero y señalando al Niño con la mano indicando que es él el protagonista. Porta, asimismo, un libro en la mano izquierda, que es el camino, la forma de llegar a la salvación.
En la parte inferior aparecen los apóstoles.
Y, en los pies, como contrafachada, un mosaico que representa el Juicio Final, en un intento pedagógico de adoctrinar a los fieles, muy típico de la época. En este Juicio Final aparece Cristo victorioso sobre el Diablo, en una anástasis, muy del gusto bizantino.
Más abajo, en una posición inferior aparece Cristo en una mandorla, en deesis, muy del estilo del románico occidental.
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