Ya sabemos que el Renacimiento fue la plasmación en el arte del pensamiento antropocéntrico y de la filosofía humanista. Como era necesario recurrir a un estilo que tuviese al hombre como centro, y no la divinidad, los artistas del quattrocento y del cinquecento recurrieron a los modelos de Grecia y Roma.
Como ejemplo de los estilos y elementos que reinterpretaron, ADAPTÁNDOLOS a las nuevas formas de pensar, y, teniendo en cuenta que seguían siendo creyentes, tenemos la siguiente imagen
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