En una página web muy interesante, he encontrado esta información sobre medios de producción agraria tradicional. Echadle un vistazo.
La historia de la economía nos enseña que muchas veces es necesario un desarrollo de la técnica para permitir el progreso económico.
Sin embargo, durante muchos siglos, la forma de expandirse era a través de la conquista de tierras, la típica forma antigua y medieval de incrementar la economía. En este marco, sucedió algo bastante descomunal: la explotación intensiva de las tierras.
La imposibilidad de conquistar nuevas tierras hacia el siglo XI, llevó a numerosos feudos de Europa a administrar mejor la explotación de las tierras que ya tenían, y a incrementar nuevas herramientas que revolucionaron la actividad campesina, base de la economía medieval.
Por un lado, se empezó a utilizar el sistema de barbecho con rotación trienal, que suponía dejar descansar la tierra para lograr a largo plazo una mayor productividad, y diversificar los productos para hacerle frente a los cambios del mercado.
Por otra parte, aparecieron nuevas herramientas, que facilitaron enormemente la labor y dispararon la productividad. La más importante de todas fue el arado, que fue acompañado con elementos más pequeños pero útiles como la guadaña, el mayal y el rastrillo.
Eso requería un gran esfuerzo, además producía surcos irregular y se limitaba, en realidad, a arañar el suelo. Con este arado era necesario arar el campo dos veces, en forma de cruz, de manera que la segunda serie de surcos cruzara la primera en ángulo recto.
El arado que comenzó a utilizarse en el siglo XI era, en cambio, un arado con ruedas y vertedera. La vertedera es un dispositivo para guiar el surco y voltear la tierra, como un timón.
Las ruedas en el arado facilitaron su transporte y equilibrio, pero su inclusión hacía tan pesado al arado que se requería la fuerza de grandes animales de tiro.
No se conoce con exactitud la procedencia del nuevo arado, pero parece haber sido un aporte germano por lo que debe haber penetrado en las Galias del norte en tiempos de las migraciones francas, pero su difusión fue muy lenta antes del siglo X.
Además, el mejoramiento del arado se fue efectuando mediante sucesivos perfeccionamientos hasta tomar la forma moderna, en lo esencial, hacia el siglo XIII.
Gracias a este arado, que era mucho más efectivo, se pudieron roturar nuevas tierras. Así, el viejo arado de palo fue relegado paulatinamente y se siguió usando sólo para los suelos demasiado secos y de poco espesor.
La historia de la economía nos enseña que muchas veces es necesario un desarrollo de la técnica para permitir el progreso económico.
Crédito: Spartacus Educational
Esto puede parecer actualmente una obviedad, cuando la tecnología es el principal motor de la economía mundial.Sin embargo, durante muchos siglos, la forma de expandirse era a través de la conquista de tierras, la típica forma antigua y medieval de incrementar la economía. En este marco, sucedió algo bastante descomunal: la explotación intensiva de las tierras.
La imposibilidad de conquistar nuevas tierras hacia el siglo XI, llevó a numerosos feudos de Europa a administrar mejor la explotación de las tierras que ya tenían, y a incrementar nuevas herramientas que revolucionaron la actividad campesina, base de la economía medieval.
Por un lado, se empezó a utilizar el sistema de barbecho con rotación trienal, que suponía dejar descansar la tierra para lograr a largo plazo una mayor productividad, y diversificar los productos para hacerle frente a los cambios del mercado.
Por otra parte, aparecieron nuevas herramientas, que facilitaron enormemente la labor y dispararon la productividad. La más importante de todas fue el arado, que fue acompañado con elementos más pequeños pero útiles como la guadaña, el mayal y el rastrillo.
Crédito: Wikimedia Commons
El arado se ampliaba desde la Antigüedad, pero era un arado precario, sin ruedas, tenía que ser mantenido por el que manejaba a la altura o inclinación conveniente para poder roturar la tierra.Eso requería un gran esfuerzo, además producía surcos irregular y se limitaba, en realidad, a arañar el suelo. Con este arado era necesario arar el campo dos veces, en forma de cruz, de manera que la segunda serie de surcos cruzara la primera en ángulo recto.
El arado que comenzó a utilizarse en el siglo XI era, en cambio, un arado con ruedas y vertedera. La vertedera es un dispositivo para guiar el surco y voltear la tierra, como un timón.
Las ruedas en el arado facilitaron su transporte y equilibrio, pero su inclusión hacía tan pesado al arado que se requería la fuerza de grandes animales de tiro.
Crédito: Wikimedia Commons
En su forma más acabada, el nuevo arado incluía una cuchilla para producir un corte vertical, una reja para cortar el suelo por debajo de la superficie y la vertedera para voltear y pulverizar la tierra, así como ruedas que que permiten surcos más perfectos y facilitan el trabajo del campesino que lo maneja, relevándolo de la tarea de mantener siempre el arado al nivel necesario para que cumpliera con función.No se conoce con exactitud la procedencia del nuevo arado, pero parece haber sido un aporte germano por lo que debe haber penetrado en las Galias del norte en tiempos de las migraciones francas, pero su difusión fue muy lenta antes del siglo X.
Además, el mejoramiento del arado se fue efectuando mediante sucesivos perfeccionamientos hasta tomar la forma moderna, en lo esencial, hacia el siglo XIII.
Gracias a este arado, que era mucho más efectivo, se pudieron roturar nuevas tierras. Así, el viejo arado de palo fue relegado paulatinamente y se siguió usando sólo para los suelos demasiado secos y de poco espesor.
Crédito: Wikimedia Commons
Fuentes: Torres, C. y Martínez, V.: Historia de la Edad Media / Fossier, R.: Gente de la Edad Media / Duby, G.: Economía Rural y Vida Campesina en el Occidente Medieval
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